lunes, 14 de julio de 2008

DIETRICH BONHÖFFER: CANTAR EN COMÚN (1/4).

Qué es el canto cristiano en comunidad.

A la lectura de los salmos y a las otras lecturas bíblicas, se añade el canto en común: con él, la voz de la Iglesia alaba, agradece e implora a su Señor.

“Cantad al Señor un cántico nuevo” nos repite el salmista. Es el cántico nuevo entonado cada mañana, en honor de Cristo, por la comunidad familiar, y que estamos llamados a cantar con toda la Iglesia en la tierra y en el cielo. Dios quiere ser celebrado con un cántico eterno, y entrar en la Iglesia es unir la voz a este coro inmenso. Es “el canto de alegría de las estrellas del alba y las aclamaciones de los hijos de Dios” que suben hasta él de toda la creación (Job 38, 7). Es el canto victorioso de los hijos de Israel después del paso del mar Rojo, del magnificat de María después de la anunciación, el himno de alabanza de Pablo y Silas en la noche de su prisión, “el cántico de Moisés y del Cordero” cantado por los creyentes liberados “sobre un mar de cristal”, el himno nuevo de la Iglesia celestial (Ap 15, 2).

Cada mañana, la Iglesia aquí en la tierra une su voz a este canto universal y, al atardecer, vuelve sobre él para señalar el final de la jornada. Su finalidad es alabar a Dios trino y su obra. Pero, es distinto el cántico en la tierra que en el cielo. En la tierra es el canto de los que creen; en el cielo, el de los que contemplan; en la tierra es un canto hecho de pobres palabras humanas; en el cielo son “palabras inefables que ningún hombre puede expresar” (2 Cor 12, 4), el cántico nuevo que nadie puede aprender si no son “los 144.000” (Ap 14, 3) acompañado por “las arpas de Dios” (Ap 15, 2).

¿Qué podemos saber nosotros de este cántico nuevo y de esas arpas de Dios? Nuestro cántico nuevo es un canto terrestre, un himno de peregrinos y viajeros a quienes ha llegado la palabra de Dios que ilumina nuestro camino. Está vinculado a la palabra reveladora de Dios en Jesucristo. Es el canto sencillo de los hijos de esta tierra, llamados a ser hijos de Dios; no es un cántico exaltado ni estático, sino centrado en la palabra revelada, con sobriedad, gratitud, y recogimiento.

Fragmento de Dietrich Bonhöffer “Vida en Comunidad” (Capítulo 2 "Cantar en común"). Ed. Sígueme Salamanca, Novena Edición, Año 2003. Sin embargo, este capítulo ha sido retitulado para una mayor comprensión.

1 comentario:

Manuel David dijo...

Sin duda que el legado musical mas importante de nuestras iglesias protestantes es el canto congregacional; y ésta es una de las cosas que más me motiva a sentirme orgulloso de ser protestante. El canto congregacional es la máxima expresión musical que como iglesia podemos dar a nuestro Señor.

Muchas felicitaciones por su blog hermano Robinson, que por cierto, me tomaré la licencia de enlazarlo desde el mío.

Para complementar la temática, le comparto que en mi blog acabo de publicar una pequeña reseña del compositor Claude Goudimel, con algunas muestras musicales del período de la Reforma en Francia y Suiza

http://manuelrelativista.blogspot.com

Muchos Saludos!