lunes, 21 de julio de 2008

DIETRICH BONHÖFFER: CANTAR EN COMÚN (2/4).

Principio fundamental del canto en común.

“Cantando y alabando al Señor en nuestros corazones” (Ef 5, 19). El cántico nuevo ha de ser entonado en primer lugar en nuestro corazón. De otro modo no es posible cantarlo. El corazón canta porque está lleno de la presencia de Cristo. De ahí que, en la Iglesia, el canto es un acto espiritual. Presupone sumisión a la palabra y a la comunidad, mucha humildad y una gran disciplina. Un cántico que no fuese cantado con el corazón no sería más que un himno horrible y confuso de autoalabanza humana. Cuando no se canta por Dios, se canta por uno mismo o por la música. Pero así, el cántico nuevo se transforma en un canto a los ídolos.


Por qué los cristianos cantan en comunidad.

“Hablando entre vosotros con salmos, himnos y cánticos espirituales” (Ef 5, 19). Nuestro cantar sobre esta tierra es lenguaje, palabra cantada. ¿Por qué cantan los cristianos cuando están juntos? Ante todo porque el canto en común les brinda la posibilidad de pronunciar y pedir, juntos y al mismo tiempo, la misma cosa, es decir, manifestar su unidad mediante una palabra común. La palabra cantada tiene su espacio en todas las reuniones cristianas. El hecho de que no hablemos, sino cantemos en común, no hace más que subrayar que las palabras son incapaces de expresar todas nuestras experiencias, mientras que el canto tiene un poder de expresión mucho más rico. Sin embargo, el canto está unido a palabras que nosotros pronunciamos para alabar a Dios, darle gracias, invocar y confesar su nombre. De este modo la música está íntegramente al servicio de la palabra y traduce lo que ésta tiene de incomunicable.

Fragmento de Dietrich Bonhöffer: “Vida en Comunidad” (Capítulo 2). Ed. Sígueme Salamanca, Novena Edición, Año 2003.

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