lunes, 14 de abril de 2008

EL MESÍAS ESTÁ DE CUMPLEAÑOS.

Messiah a 267 años de su estreno.

En el día de ayer se cumplieron 267 años del estreno de una de las mayores obras del ser humano. Una obra de arte, de arte musical. De música cristiana y evangélica: Messiah, de Georg Friedrich Händel.

Messiah es el más exitoso y mejor conocido de los oratorios handelianos. Considerado como prototipo del género, fue compuesto entre el 22 de agosto y el 14 de septiembre de 1741, en 53 movimientos divididos en tres partes, todas según los textos de Charles Jennens. Después de su presentación en el Covent Garden de Londres, pasó a ser parte del tesoro musical de la nación inglesa.

Fue estrenado, como dije antes, el 13 de abril de 1742 en Dublín, Irlanda, en un concierto con propósitos benéficos conducido por el propio maestro Georg, Participaron la Signora Avoglio y Mrs. McLaine como sopranos, Mrs. Gibber, William Lambe y Josep Ward como contraltos y sopranistas, James Baileys y John Church, tenores, y John Hill y John Mason como bajos. “Algo nuevo que dar a los irlandeses”, diría el maestro.

Desde el principio el oratorio se vio rodeado de una aureola sacra (“Sacred drama” fue el nombre con que se le conoció en Londres en sus primeros tiempos), empleando para tal finalidad una terminología alejada del mundo de la ópera, incluso para denominar a los solistas que en vez de identificarse con su papel, se les conocía por su tesitura. Al día siguiente del estreno, un diario de Dublín calificaba la obra como “grande, sacro oratorio”, además de señalar la admiración que produjo entre el público, que se expresaba en calurosos términos.

La primera presentación de Messiah atrajo tanta afluencia de público al pequeño teatro de Dublín, que los organizadores del espectáculo tuvieron que pedir a las mujeres quitarse los miriñaques y que los hombres entraran sin espada para dejar el mayor espacio posible.

Con razón, George Bernard Shaw escribió: “para Inglaterra, Händel no es un simple compositor de música, sino que es una institución. Y es más, una institución sagrada. Cuando se ejecuta su Messiah, en el Hallelujah la concurrencia se pone de pie como en la iglesia. Para los protestantes ingleses es ésta la impresión que más se acerca a la que los católicos experimentan al alzarse el pan y el cáliz. La de Händel es la música más inglesa que existe en el mundo. Por éste he aprendido que el estilo consiste en la fuerza de la aserción. Si podéis decir algo en un solo rasgo, irrefutablemente, entonces tendréis estilo; si no, seréis solo un mercader de sensaciones, un decorador literario, un confitero de música o un pintor de amorcillos para abanicos. Händel tiene ese poder, esa fuerza de aserción”.

Sin duda, Messiah es la obra maestra de Händel, y la más conocida. Es una obra original y única en su tipo. De todos los oratorios que compuso, no hay alguno que se le compare. Su carácter es marcadamente contemplativo y devocional, y despierta profundas emociones religiosas en los auditorios. A esto se debe la fama de que goza. Desde el punto de vista musical, esta gran obra tiene por iguales a los mejores dramas corales del autor, algo reconocido incluso por el gran Wolfgang Amadeus Mozart, quien lo reorquestó, originando una versión casi propia, en alemán.

Esta obra, basada en la vida del Redentor y sus reflexiones morales, hizo ponerse de pie al rey Jorge II Hannover, y a todo el público al momento en que sonaban los primeros acordes del “Hallelujah Chorus, and He shall reign forever and ever”; y esta actitud de admiración y recogimiento, se haría una feliz costumbre en muchos teatros, salas de concierto, e iglesias de todo el mundo, hasta el día de hoy. Tal como, igualmente, ocurrió en Londres, cuando se estrenó un año después.

Finalmente, si bien es cierto, el texto original toca muy de cerca el misterio de la Redención y por lo tanto, se dirigía directamente a los valores dogmáticos más delicados, Messiah no es ni una historia de Jesús, ni una pasión de acuerdo al prototipo, sino una obra más general y ambiciosa que contempla ciertos aspectos dramáticos propios de las pasiones o de la Navidad, pero que va más allá para enfrentar al cristiano con su propio destino como tal, ante la figura ejemplar de Jesucristo.

1 comentario:

Unknown dijo...

hermosas palabras querido primo, un saludo desde Concepción y sigue perseverando en la fe del maestro.